Pequeñas cosas que disparan la productividad y el rendimiento de la empresa

 

Hay factores que influyen de manera importante en los niveles de eficiencia de su empresa pero que usted no puede controlar. De ahí la importancia de centrar sus esfuerzos en aquellos aspectos de carácter interno en los que sí puede influir para que todo vaya como la seda y para que mejore el funcionamiento de su negocio.

 

Las cuatro áreas en las que cualquier mejora se notará casi de forma inmediata son:

 

– Procesos. Poner fin al caos organizativo pasa, en ocasiones, por hablar con sus mandos intermedios y con los trabajadores de base para que pongan de manifiesto qué mejoras harían en los procesos de trabajo o bien cuáles son los errores más comunes o dificultades con los que se encuentran en el día a día. Este diálogo con perspectiva crítica le aportará ideas para optimizar las tareas y procesos y evitar errores que hagan perder tiempo y motivación.

 

Es indispensable dialogar con los trabajadores de la empresa para conocer los puntos fuertes (a potenciar) y los puntos débiles (a mejorar)

 

– Papeleo. La burocracia, el excesivo papeleo o los protocolos de actuación obsoletos que sigan funcionando en su empresa son un objetivo prioritario de actuación si quiere contar con una mayor agilidad en su organización. Elimine documentos y prácticas redundantes para mejorar la eficacia.

 

Hoy en día podemos ahorrar tiempo y recursos con las nuevas tecnologías, ahorrándonos burocracia repetitiva e innecesaria

 

– Formación. ¿Se ha puesto a pensar que quizás sus vendedores no mejoran su rendimiento simplemente porque su empresa no les ha enseñado cómo deben hacerlo? La formación, ya sea para mejorar el trato con el cliente, para conocer las técnicas de venta más eficaces o para mejorar la gestión, puede ser una aliada perfecta para que su empresa dé un salto en eficiencia, productividad y excelencia.

 

Una plantilla correctamente formada abarata costes en la contratación de servicios externos y agiliza las gestiones internas

 

– Liderazgo. Los líderes de su empresa, es decir, los directivos, deben estar comprometidos con los objetivos que se les plantean. Si no guían el desempeño del personal que tienen a cargo y no se sienten motivados con su trabajo, su empresa no conseguirá los mejores resultados. De ahí la importancia de elegir al mejor talento para estos puestos. Si percibe alguna carencia en ellos, hable abiertamente para conocer cuál es el problema y poner solución cuanto antes.

 

Un líder motivado lleva a su equipo hacia la mejora y la superación constantes

 

Hay un recurso que hará que su empresa dé un salto cualitativo en estas áreas y que esto se note en su cuenta de resultados: su tiempo. Si destina algunas horas a la semana a estudiar los aspectos y procedimientos que debe mejorar, a escuchar a sus empleados y a buscar soluciones, logrará que su compañía note el cambio en sus números y será un incentivo para seguir por la senda de la excelencia.