Una crítica constructiva
Una crítica constructiva para que sea efectiva debe realizarse mediante la identificación de puntos fuertes, áreas de mejora y la realización de recomendaciones.
Se tiende a pensar que al realizar o recibir una crítica constructiva se “castiga o penaliza” a la persona. Sin embargo, la crítica constructiva es una experiencia de aprendizaje, debido a que la persona que la recibe puede identificar áreas de mejora para alcanzar el éxito. Si ponemos interés en conocer la personalidad de con quien vamos a hablar, podemos dar una crítica y obtener resultados positivos.
- Trata a los demás como te gustaría ser tratado. Ponte en el lugar de la otra persona y piensa en cómo te sentirías si recibieras la crítica con las mismas palabras que has elegido.
- Usa tacto al dar la crítica. Decirle a alguien la verdad no significa que tengas que ser hiriente. La forma en cómo dices algo tiene mucho que ver con cómo la otra persona va a reaccionar y es posible que nos preste más atención a cómo lo decimos que a qué le decimos.
- Ten objetivos claros. Pregúntate a ti mismo cuál es el mejor resultado posible de esa crítica. Si crees que puedes lograr mejoras con tus críticas, plantéate cuáles son y cómo debes realizarlas para conseguir esos resultados.
- Ve al grano y no des rodeos. Probablemente el interlocutor esté ansioso por lo que le queremos comentar, así que es básico utilizar un lenguaje conciso e ir al grano. Cuantos más rodeos demos, más fácil es que el interlocutor pierda los puntos clave de la crítica y eso quita potencia a la conversación. Una vez expuestos tus argumentos, escucha también la respuesta, que quizás te haga reconsiderar tu planteamiento. Deja que la persona sepa que quieres ayudarla.
- Es más fácil aceptar las críticas de alguien que se preocupa. Una crítica egoísta cae en el olvido, así que asegúrate de exponer por qué a la persona que quieres hacerle la crítica le afecta esa mejora que propones. Eso hará que esté más abierto a las sugestiones, con independencia de cómo te sientas tú acerca del tema que os ocupa. Del mismo modo, cuando seas tú el que recibes una crítica, piensa que puedes mejorar el tema que se está debatiendo.
- Elige el momento adecuado. Por lo general, no ayuda hacerla en público porque suele tomarse como “humillación”. Mejor hacerlo en privado o si en ocasiones se requiere una tercera persona, intentar que sea lo más imparcial posible. Presta atención al lenguaje hablado y también al corporal, y no hay que olvidar que la mejor manera de neutralizar la posible tensión generada es el humor.
- Fomenta la autocrítica. Antes de plantear las debilidades de los demás, piensa cuáles son las tuyas. De hecho, compartir algunas debilidades de la crítica en cuestión puede ayudarte en el planteamiento y a crear empatía. Mantente alejado de los ataques directos a la otra persona y para poner ejemplos, limítate a las experiencias de los presentes en la sala, no a las de terceros.
- Termina la reunión haciendo ver a ese empleado lo importante que es para tí el contar con su presencia. Potenciarás su motivación y sus ganas por poner en práctica todos esos consejos que le acabas de dar. Se sentirá reforzado e implicado con su jefe, y por lo tanto con la empresa.
Aunque las críticas nunca son agradables, pueden servir para mejorar como persona y como empleado, y son sin duda un elemento más de crecimiento en la empresa y de la empresa. Ten en cuenta que a veces los empleados no mejoran su rendimiento porque nadie se lo dice de forma directa y constructiva.